Volver al Blog

HABLAO: El lenguaje popular cubano en serigrafías

HABLAO: El lenguaje popular cubano en serigrafías

Como estudiante de diseño gráfico cubano, siempre me ha fascinado la riqueza y el ingenio del lenguaje popular de mi país. Es una forma de comunicación vibrante, llena de humor, metáforas y giros inesperados que reflejan la idiosincrasia de nuestra gente. De esta fascinación nació "HABLAO", mi primera exposición individual, una colección de 12 carteles serigráficos que buscan plasmar la esencia de los dichos y expresiones más arraigados en el habla cotidiana de Cuba.

El título, "HABLAO", en sí mismo es una declaración de intenciones. Al suprimir la "d" final, quise acercarme a la oralidad, al lenguaje que se vive y se comparte en las calles, en las conversaciones entre amigos, en el día a día. Quería que el nombre evocara esa familiaridad y cercanía que caracteriza al habla cubana.

El proyecto comenzó como una exploración personal, una necesidad de traducir visualmente esas frases que escuchaba desde niño y que forman parte de mi identidad. Cada cartel representa un dicho diferente, desde el clásico "Ese huevo quiere sal" (que, en el contexto cubano, se utiliza para insinuar que una persona le gusta a otra y ha dado señales de atracción) hasta expresiones como "Ojos que no ven, corazón que no siente", "Arriba de la bola", "A caballo regalado no se le mira el colmillo", "La pieza no es cualquiera" o "Tremenda muela", cada uno con su propio significado y contexto. Para el público no cubano, es importante entender que estos dichos condensan sabiduría popular y ofrecen una mirada única a la forma en que los cubanos vemos el mundo.

Mi proceso creativo se basó en la combinación de humor y símbolos. Tomemos como ejemplo el cartel de "Ese huevo quiere sal". Para representarlo, creé la imagen de un huevo con rasgos asiáticos y saleros como moños. Esta imagen, a primera vista, resulta humorística y atractiva, pero al mismo tiempo refuerza el significado del dicho, evidenciando una figura femenina en la composición de los elementos.

La técnica elegida para dar vida a estos dichos fue la serigrafía, un proceso artesanal que me permite trabajar con colores vibrantes y texturas interesantes. Inicialmente, los carteles estaban concebidos para un formato de 50x70 cm, pero por cuestiones de producción, finalmente se adaptaron a 40x40 cm.

La exposición tuvo lugar en Habana Espacios Creativos, un lugar que, a pesar de un cambio de sede de última hora, terminó siendo el espacio perfecto. De hecho, este cambio imprevisto se convirtió en una oportunidad para enriquecer la experiencia de la exposición. Decidí incluir un juego de dominó durante la inauguración, un elemento muy arraigado en la cultura cubana, con premios de cerveza Parranda, que amablemente patrocinó el evento.

Además, tuve el honor de contar con un texto inicial en el catálogo de la exposición escrito por el diseñador e ilustrador Arístides Torres, quien fue mi profesor en la asignatura optativa de Cartel en el Instituto Superior de Diseño de la Universidad de La Habana.

Uno de los mayores logros de este proyecto ha sido que parte de los ejemplares de los carteles se comercializan en la tienda del Museo Nacional de Bellas Artes. Para mí, como artista cubano, esto representa un gran orgullo y un reconocimiento a mi trabajo. Es un honor que mis creaciones estén disponibles en un espacio tan emblemático para la cultura de mi país.

"HABLAO" ha significado un gran impulso en mi trayectoria como diseñador. Me permitió mostrar mi trabajo a un público más amplio, establecer contactos importantes y abrir puertas en el mundo del cartel. Más allá de lo profesional, esta exposición ha sido una forma de conectar con mis raíces, de celebrar la riqueza del lenguaje cubano y de compartirla con el mundo.